Augusto Vicente

Para poder lograr tus metas con éxito es muy importante aprender a manejar el rechazo. Creo que todos hemos experimentado el rechazo en algún momento de la vida. De modo que se puede decir que el rechazo es parte normal de la vida.

Ejemplos de rechazo

Algunas de las situaciones en que somos rechazados incluyen: cuando no nos eligen para ser parte del equipo, cuando no nos admiten en la universidad, cuando no conseguimos el trabajo o bien el ascenso que queremos, cuando no logramos la venta, cuando nuestra propuesta no es aceptada o cuando no nos aceptan una invitación.

Como podemos ver en los ejemplos anteriores, el rechazo está presente en todos los aspectos de la vida. Sin embargo, hemos aprendido a seguir con nuestras vidas a pesar de haber sido rechazados en muchas ocasiones.

Aunque pareciera que el hecho de seguir adelante con nuestras vidas después de haber sido rechazados es una acción muy buena y es mucho mejor que quedarnos estancados en esa situación; esta resulta ser una de las razones de por qué no logramos el éxito que buscamos.

¿Cómo puede ser esa la razón de por qué no logro éxito en mi vida?

Seguir adelante con nuestras vidas después de un rechazo está bien, pero hay que poner especial atención a la manera en que decidimos actuar para seguir adelante. ¿Insistimos o desistimos?

La acción que tomemos puede convertirse en un obstáculo para conseguir el éxito en la vida. Sobre todo cuando al primer rechazo a nuestras ideas, propuestas o proyectos , decidimos ya no seguir adelante con estos, dejamos de insistir y nos olvidamos por completo del asunto, y seguimos adelante con nuestras vidas.

En resumen, el secreto del éxito está en no darse por vencido. Puede resultar útil hacerse la idea de que uno va a encontrar muchos rechazos en el camino hacia las metas que se tengan. Pero la clave es rechazar el rechazo.

Muchas de las cosas que pensamos, decimos o hacemos en nuestra vida diaria son obstáculos que nos alejan de lograr nuestras metas y objetivos. Lo alarmante de esto es que ni siquiera nos damos cuenta que lo hacemos porque se ha vuelto un hábito en nosotros.

Culpar a otros o quejarse de aspectos que no nos gustan son de los obstáculos mas frecuentes que impiden lograr las metas que tenemos.

¿Te has quejado alguna vez? ¿Has culpado a otros?

A continuación consideremos algunas de esas situaciones en las que nos quejamos :

Consumimos comida rápida y luego nos quejamos del sobrepeso. Pudimos haber aprendido a preparar alimentos saludables pero preferimos la comida chatarra.

Esta es muy común, quejarse del trabajo. Uno mismo aceptó el trabajo y es uno mismo el que decide quedarse en ese trabajo. En vez de quejarnos podemos renunciar y buscar un trabajo mejor.

Consumiste licor, fumaste tabaco y ahora te quejás de la resaca y culpás a tus amigos. Fuiste vos quien ¡no dijo que no! No soportaste y cediste a la presión de grupo.

Quejarse de la falta de dinero y no aprender sobre finanzas personales es otra de las situaciones más comunes.

Estas situaciones mencionadas son solo algunas que a diario suceden y así como estas hay muchas más que nos impiden lograr nuestras metas y objetivos.

Adicional hay otro aspecto más y que está estrechamente ligado al hecho de quejarse. Este es, quejarse con la persona equivocada, con aquella que no puede hacer absolutamente nada sobre la queja que se tenga.

Es común quejarse de la pareja con los amigos o amigas. También es frecuente quejarse de algún compañero de trabajo con la pareja. 

Quejarse no produce ningún resultado y nos aleja de nuestras metas. Lo que sí produce resultados para lograr nuestras metas es tomar acción sobre eso que nos quejamos.