Es seguro que muchas de nuestras metas son ideas maravillosas que nos pueden dar felicidad, pero han quedado solo en la mente de alguien sin ser llevadas a la acción simplemente por el hecho de creer que ya es demasiado tarde para llevarlas acabo.
Una de las excusas más comunes que utilizamos las personas para evitar el riesgo de perseguir nuestros sueños, alcanzar nuestras metas o buscar la felicidad es: “Soy demasiado viejo, Es demasiado tarde para mí, No empecé lo bastante pronto”. Pues eso no es cierto, aquí te comparto la historia de una enfermera para demostrarlo.
Helen Klein tenía cincuenta y cinco años cuando su esposo Norman le pidió que entrenara con él para correr en una carrera. Ella había fumado por veinticinco años y nunca había corrido un kilómetro en su vida, pero aceptó la propuesta. A pesar de estar exhausta después de dos vueltas en el jardín trasero, decidió continuar, y cada día corrió una vuelta más. Después de entrenar diez semanas completó la carrera de diez millas terminando en último lugar.
Motivada por lo que había logrado, participó en otras carreras cortas. Desde entonces ha corrido en más de sesenta maratones y en ciento cuarenta ultramaratones.
A sus sesenta y seis años, corrió cien millas en cinco carreras de pista de montaña en un lapso de dieciséis semanas. En 1995, a sus setenta y dos años, Helen corrió ciento cuarenta y tres millas a través del desierto Sahara. También completó las trescientas setenta millas de la afamada carrera Eco-Challenge, ahí recorrió treinta y seis millas a caballo, escaló noventa millas en medio del calor del desierto, corrió dieciocho millas en medio de cañones llenos de agua congelada, anduvo treinta millas en bicicleta por montañas, practicó rapel por un acantilado de 440 pies, escaló mil doscientos pies, remó noventa millas en un río a bordo de una balsa, caminó otras veinte millas y, por último, navegó cincuenta más en canoa hasta llegar a la línea de meta.
Definitivamente la historia de Helen que nunca había corrido antes de los cincuenta y cinco años, demuestra de que realmente nunca es demasiado tarde para empezar. Nunca es demasiado tarde para lograr nuestras metas o para hacer todas esas cosas que nos dan felicidad.
Maria Laura Valenzuela dice
Muchas Gracias por la emotiva historia de Helen.hay que seguir luchando para lograr los sueños a veces postergados.
Augusto Vicente dice
Sí, hay que hacer uso del potencial que hay en el interior de cada uno y así lograr nuestros sueños.