Pareciera que la verdadera razón de por qué nos da miedo de pedir algo es por temor a ser considerados algo así como indigentes, locos o tontos. Sin embargo, los que se dedican a estudiar este tipo de cosas han encontrado que el mayor temor es enfrentar el rechazo.
Considerando que el rechazo es lo que mas se teme cuando se trata de pedir algo, la palabra no, se convierte en la más temida. Además sucede algo lamentable, es uno mismo quien se rechaza con anticipación. Creamos un largo diálogo interno que nos lleva a concluir que sin importar cuál sea nuestra solicitud, la respuesta será, no.
Por esta razón, es que muchos pasamos la vida reprimiendo y dejamos de pedir la información, ayuda, dinero y todo aquello que requerimos para lograr nuestras metas.
Por otro lado, un simple cambio de mentalidad con respecto a la temida palabra no, bien podría traernos resultados positivos. Veamos qué pasaría si dejamos de suponer que la respuesta va a ser no. Por ejemplo, si nos atrevemos a pedir lo que necesitamos y lo que queremos. Si obtenemos un no por respuesta, la verdad es que no estaremos en una situación peor que antes de pedir. Si nos dicen que sí, estaremos en una situación mucho mejor.
En realidad podemos cambiar nuestra situación a algo mejor simplemente con estar dispuestos a preguntar. Podemos obtener un aumento de sueldo, un descuento, alguna donación, podría ser una habitación con vista al mar, un ascenso a clase ejecutiva en un vuelo o bien una cita para salir. En fin, la lista de beneficios que se pueden obtener solo por atreverse a preguntar puede llegar a ser interminable.
Como se ha notado, el por qué nos da miedo de pedir se origina en nuestra mente más que en hechos reales externos a nosotros mismos. Lo más importante para poder superar este miedo es aprender a rechazar el rechazo.
También es de gran ayuda tener claro que al pedir, las probabilidades de cambiar nuestra situación siempre van a ser favorables. Al contrario de lo que se piensa, si obtenemos un no, nuestra situación será la misma, nada habrá cambiado. En otras palabras, la verdad es que cualquiera que sea la respuesta que obtengamos, solo podemos mejorar nuestra situación, no empeorarla.
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